jueves, 22 de diciembre de 2011

YO


Yo, quien fui una de tus más bellas y horribles experiencias.
Yo, quien te marcó la existencia, privándote del olvido enfermizo que tanto llegaste a anhelar.
Yo, quien te llenó de mil y un motivos para creer y detestar.
Yo, quien se convirtió indispensable para tu respirar, dejándote sin oxígeno y apelando a la partida efímera de mi cansancio vs cobardía.
Yo, quien te sigue recordando a pesar de lo controversial que sería el sólo verte.
Yo, quien se encargó de impregnarse en tu vida con toda la intensidad de su ser.
Yo, quien después de tanto tiempo, te veo sonreír nuevamente y siento que tu felicidad, es tan tuya como mía -aún siendo excluida-
Yo, quien te ha introducido en la caja de recuerdos más valiosos.
Yo, quien a pesar de caminar por otro rumbo y muy distinto al tuyo, no hay día que no recuerde tu existencia en mí.
Yo, quien más allá de los hechos, sigo esperando el día en el que podamos contar el uno con el otro. Como los viejos tiempos, cuando eramos felices sin importarnos un bledo los demás.
Yo, quien mucho más allá de lo que hoy puedo represar en ti, me armo de valor y te pregunto lo siguiente:
¿Sabes quién no saluda al nuevo día, sin antes recordarte?
¿Sabes quién no puede dormir, sin antes velar por ti?
¿Sabes quién hace caso omiso a tu odio y te desea una felicidad plena y absoluta?
¿Sabes quién después de tanto tiempo, sigue esperando por un regreso que se ha estado viendo bastante surrealista de tu parte?
¿Sabes quién puede ver más allá de los errores, deseándote lo mejor?
¿Sabes quién se juró no escribir más por ti, y sin embargo, no es la primera vez que le falla a su propia palabra?
¿Sabes quién más que nadie te recuerda y te extraña con toda su alma?
¿Sabes quién lucha con tu nombre, todas las mañanas?
¡YO!

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